“Tenemos dos sexenios de muerte, desolación y violencia imparable. De acuerdo con cifras oficiales hay más de 200 mil muertos y más de 40 mil desaparecidos en los dos últimos sexenios. No podemos seguir con una política anticrimen y antidrogas que sólo ha dado como resultado más violencia”.
El diagnóstico es de Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, en entrevista con el periódico El Universal.
¿Cómo le va a hacer el nuevo gobierno para resolver un problema que tiende a normalizarse, como parte del paisaje?
¿Cómo puede empezar a trabajar el próximo gobierno con una población tan lastimada por la violencia?
¿Cómo responder a esos 30 millones de ciudadanos que dieron el voto a López Obrador?
¿Se puede pacificar el país si no hay paz entre instituciones?
¿Bastará con atender las causas de la pobreza, la falta de desarrollo económico y recomponer el tejido social?
Sólo en el primer semestre del año, el crimen organizado se dio a la tarea de perpetrar 11 mil 241 ejecuciones en el País, un promedio de 60 al día, récord histórico, según reporta la organización civil Semáforo Delictivo. Un aumento de 28% en comparación con los primeros seis meses de 2017.
“No son buenas noticias, tendría que pasar algo extraordinario, que no lo vemos, para que esto se revierta en el resto del año; con plata o plomo, las mafias se han adueñado de las ciudades de México y han colapsado el Estado de Derecho”, apunta Santiago Roel, director de Semáforo Delictivo.
(A la par de las ejecuciones criminales, crecieron los homicidios dolosos 15%; los feminicidios, 15%; el narcomenudeo, 37%; el robo de vehículo, 5%; la violación, 3%…)
El diagnóstico, es desolador…
¿Hace falta más indignación, o hace falta más imaginación?
